miércoles, 14 de marzo de 2012

FRÍA TARDE DE TOROS EN LA PRIMERA NOVILLADA DE LAS FALLAS.
Por Marc Alarcón.
Fotos. Enrique Iranzo

Novillada con picadores de la Ganadería de Javier Molina, donde los toros estuvieron escasitos de fuerza y tampoco contribuyeron mucho a que el público saliese del hastíe y de la inapetencia en la que sucumbió a poco de comenzar el festejo.
Foto. Enrique Iranzo


Igual alguno de los novilleros hubiese conectado un poco más con el público si hubiese habido más animales pero eso es hablar por hablar. Faltó conexión con los novilleros que a un pie de la alternativa podrían haber exprimido un poco más sus dotes. 
Quisieron apretar a los toros cuando lo único que querían esos animales eran pequeñas caricias, agasajos y mimos ya que de casta iban bastante escuetos. 




Foto. Enrique Iranzo




El primer novillero de la tarde Pascual Javier, un novillero que ya tiene mucho camino recorrido y tendrá que dar el gran salto en poco tiempo. Su primer novillo no tuvo excesiva movilidad e intención, el torero intento darle ‘fiesta’ en todo momento pero el animal se mostró reticente, lo intento hasta el final sin desfallecer pero no hubo manera.


En su segundo no hubo más suerte, frialdad al no poder ligar muletazos de forma oportuna pese a que pisase y se colocase fuerte para enlazar. Mostró oficio y ganas en la tarde de hoy. 

Foto. Enrique Iranzo


Sergio Flores intentó dar juego al toreo de capote realizando diferentes movimiento con el mismo y mostrando su personalidad y maneras en los ‘quites’. Con la muleta empezó muy activo pero poco a poco bajaron las temperaturas sin que el novillero hiciese nada para remediarlo. El novillo cierto es, no quiso tampoco contribuir a un poco de ‘calorcito’ taurino, protestaba en todo momento, parece ser que se encontraba más a gusto en Siberia por seguir con el símil. 
En su segundo toro no mejoró la cosa, y se encontró aun menos cómodo y sin saber muy bien qué hacer para sacarle partido al animal. 
Foto. Enrique Iranzo

Buen trabajo el de López Simón que cuajó una buena y variada faena con el primer novillo de su lote. Exigía y exigía al novillo por lo que su faena decreció un poco y tuvo que tirar de coraje y osadía colocándose a centímetros del toro en numerosas ocasiones para amarrar la oreja. Un excelente y soberbio quite al toro de su compañero y circulares con la muleta de mucha calidad y gusto en su novillo. 
En el segundo de la tarde escasa calidad y apagándose muy pronto, no estaba muy por la labor de ser lidiado el toro de Molina.  

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