miércoles, 21 de marzo de 2012

QUE BOCHORNO!!! 
Por Enrique Iranzo.


Foto. Enrique Iranzo

17 de marzo en la Plaza de Toros de Valencia, quien lo diría, parece el 23 de julio, 23º al inicio de la corrida y 20º al final, y dirán ustedes que no es tal el bochorno, pero si al calor propio del verano le sumamos el bochornoso espectáculo dado por toros y toreros, salvo algún detalle de Castella, la tarde se torna pegajosa y aburrida de narices! 

Enrique Ponce se presentaba en Valencia para matar una corrida de toros de Zalduendo, y después de los últimos "toros" de las Ramblas que mató en Valencia en la Feria de Julio, servidor pensaba que lo haría con unos toros escogidos para reconciliarse con la afición valenciana y olvidar el borrón veraniego. Pues no, otra vez Ponce nos la vuelve a dar con cera, nos vuelve a dar en todos los morros con unos mulos insoportables, sin casta, sin presencia, sin peligro, sin emoción, sosos de narices! 
Foto. Enrique Iranzo

Enrique Ponce se presentó perfectamente vestido de gris ceniza y oro, y estuvo como vistió, gris y cenizo. Enrique Ponce es, probablemente, uno de los mejores toreros de la historia, es la cabeza más despejada y más privilegiada del mundo taurino, es el único capaz de sacar algo lucido a un mal toro, de tapar los defectos de cualquier animal sin que el gran público se entere, es capaz de torear como los ángeles, como el mejor, que un día lo fue, y que si él se lo propusiera aún lo sería. 

Pero desgraciadamente para los valencianos, Enrique no es capaz de saber elegir una buena corrida en su plaza, para su gente, o tiene muy mala suerte o se está equivocando cada día más. 

La tarde transcurrió para Enrique sin más, lo único que pasó fue el tiempo. Los toros que le tocaron en suerte no transmitieron nada en ningún momento, no tenian ni la más minima emoción. 

Enrique Ponce dió muletazos sin ton ni son a docenas, mendigando palmas y oles entre el público festivo del sol, impropio de una figura como él, más propio de otro tipo de torero, en algún momento pensé que haría el salto de la rana. 

Sebastián Castella fue el más dispuesto de la tarde, en su primero anduvo bien con la muleta, dando muletazos templados, circulares, pases por la espalda, desplantes, pero ante un toro sin peligro ni emoción. En el segundo más de los mismo, con un remate lamentable, con una estocada que más bien pareció una puñalada. El público, que no el aficionado, pidió con fuerza la oreja, afortunadamente, el Sr. Presidente hizo justicia a la categoría de la plaza y la denegó, ganándose una sonora pitada del respetable. 
Foto. Enrique Iranzo


Mal, descentrado, sin ofrecer nada, lejos, muy lejos de lo ofrecido el pasado 23 de Julio en la misma plaza, mojando la oreja al mismísimo José Tomás, estuvo el mexicano Saldivar. No encontró nunca el sitio a ninguno de sus oponentes, resultado cogido en varias ocasiones.

Foto. Enrique Iranzo


En definitiva, mala tarde de toros la ofrecida por tres grandes toreros y una ganadería que nunca estuvieron cerca de lo que son o han sido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario