martes, 13 de marzo de 2012

GRAN NOVILLADA DE "EL PARRALEJO"
Crónica de Marc Alarcón.
Fotos. Enrique Iranzo.


Foto. Enrique Iranzo

Segunda Novillada en el coso de Valencia, con novillos del Parralejo donde esa mezcla sanguínea de Fuente Ymbro y Jandilla no podía defraudar. Dos toros dieron la vuelta al ruedo después de su muerte aclamados por el público gracias a su calidad y nobleza. 


Foto. Enrique Iranzo
Una corriente de entusiasmo nos llena después de la actuación de los tres novilleros que salieron con ganas desde el primer momento, y mejor o peor lograron mostrar su toreo y complacer y divertir a cada uno de los asistentes. Hubo arrojo, descaro y torería.

Conchi Ríos abría plaza hoy, la gran triunfadora en las Ventas que venía con ganas de conquistar Valencia. Con el primer toro renco y lisiado, no sé si a causa de algún momento de la lidia, poco pudo hacer. Algún buen pase le dio tanto con la derecha como al natural pero intercalado con pases donde la novillera se movía más de lo permitido, perdiendo completamente la figura torera. 




Foto. Enrique Iranzo

En su segundo toro, sí, que grandísimo toro el cuarto de esta tarde, un toro con casta, nobleza, movilidad y transmisión. Le permitió dar excelentes tandas con temple y torería pero se quedo quizás un poco corta para la perita en dulce que le había tocado. Vuelta al ruedo para este excelente toro del Parralejo. 

Foto. Enrique Iranzo
Fernando Adrián no se quería quedar atrás en esta tarde, comenzó fuerte la faena recibiendo al novillo con una larga cambiada de rodillas metiendo al público en faena. Continuó con unas correctas tandas con la mano derecha y unas, algo más profundas tandas de naturales. Viendo que la gente quería más, dijo ‘’tengo que apretar’’ estrechando a más no poder la distancia entre el astado y él y concluyendo faena con unas manoletinas. No estuvo fino con el acero, mala suerte, indiscutible importancia la de matar bien. 
Foto. Enrique Iranzo

En su segundo toro no estuvo tan lúcida la faena, el animal no era fácil y no estaba por la labor. Dio la impresión que el toro no estuvo en la tarea en ningún momento de la lidia. Le sacó un par de tandas buenas con la mano derecha, con la izquierda no hubo forma de engarzar al animal. Embistió continuamente pero sin fijeza, Fernando dio todo para cambiar las tornas pero no lo consiguió. 

Foto. Enrique Iranzo
Nuestro torero Román cuajó la faena de la tarde demostrando que no es necesario el adorno gratuito y los desplante a troche y moche. El novillo que le tocó en suerte fue de paladar fino, exquisito, si llega a humillar un poco más en las embestidas se le descolgaba totalmente la cabeza del cuerpo. Cuatro tandas y unos ayudados que acabaron en manoletinas, pero con sabor, con esencia con gustó donde el novillero se rompió, tirando de piernas, cintura y pecho para alargar los muletazos y llenarlos de significado. Pero sobretodo, el ingrediente más importante, el sentimiento de torero que descollaba en cada muletazo. Por poner algún pero, que tampoco desmereció la faena, se podría haber cruzado un poquitín más y cargar la suerte. Aún así, ¡bien Román bien!. 

En su segundo toro salió con disposición a conseguir la gloria y salir por la puerta grande, pero este toro tenía más clavijas que ajustar y no se dejaba tanto hacer. Pero algo pasó que dejó entrever la sonrisa del medio francés, como servidor, que tenía más valor que cualquier otra gratificación. Antes de coger la espada de matar, Santiago López le preguntó, ¿quieres matar este segundo toro con apoderado?, pregunta que hacía en nombre de él y de otro importante como es Simón Casas que daba luz a la carrera de este joven torero. 

Foto. Enrique Iranzo

Destacar por último el variado, heterogéneo y entretenido toreo con el capote tanto de Fernando como de Román al igual que la predisposición de los tres jóvenes que surtieron al mundo del toro de una buena dosis de esperanza.

Marc Alarcón.

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